Y esque es así, las desgracias de los demás son alegría para nosotros.
Si admiramos a una persona y le pasa algo malo sonreimos porque así pensamos que se nos acerca más a nosotros, a nuestras desgracias.
Si la odiamos nos alegramos y entre dientes susurramos un: que se joda!
Y, luego, simplemente si nos es indiferente ese alguien, como por ejemplo toda esta gente que sale en los telediarios, pues entonces nos sentimos identificados con su desgracia y nos sentimos mejor.
Sea como sea, el dolor une, y no sé por qué, la felicidad separa. Creo que se llama envidia.
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